#LaOtraCampanaConRubénDuarte
El periodista Rubén Duarte entrevistó a Jorge Castro, reconocido analista político internacional en La Otra Campana que se emite por lt7 Radio Corrientes. Se refirió al complicado escenario nacional. Aplacó la responsabilidad de Macri, atribuyendo factores externos que dificultaron aun más la coyuntura local. Remarcó que "la economía argentina es la que más sufre porque es la más dolarizada del mundo". Hizo hincapié en la importancia que tendrá para el próximo Presidente, la agenda exterior, apuntando al Brasil como un aliado clave para el desarrollo. Para ello, sostuvo, habrá que ver -ante la posible victoria de Alberto Fernández- cómo éste se relacionará con Bolsonaro.
El analista y consultor internacional, Jorge Castro dialogó en exclusiva con el conductor de La Otra Campana, Rubén Duarte, con quien ahondaron en el escenario político argentino de cara a las elecciones de octubre.
La entrevista se desarrolló de la siguiente manera:
-Jorge Castro, Rubén Duarte lo saluda.
-Encantado.
-¿Cuál es la importancia que los Estados Unidos, China, Europa, atribuyen al posicionamiento del nuevo gobierno argentino?
-Lo que sucede es que la Argentina es un país relevante en América del Sur, después del Brasil es la principal economía de la región, y por lo tanto, la crisis que experimenta de forma aguda a partir de las elecciones Primarias del 11 de agosto, tiene una relevancia internacional. Simplemente, entre otras cosas, porque lo que está en juego es una situación de probable default, incumplimiento de las obligaciones de la deuda pública Argentina de parte del actual gobierno y del próximo gobierno, en el caso de que el nuevo presidente sea Alberto Fernández.
-¿Qué piensa de las relaciones con la República hermana del Brasil?
-Esto es una cuestión central para la Argentina. El punto primero de la agenda internacional de la Argentina en lo que hace a su inserción internacional pasa en el acuerdo estratégico con Brasil. No sólo es la principal economía con la que está vinculada la Argentina, sino que hay que tomar en cuenta las dimensiones de Brasil. Brasil, no es sólo la mayor economía de América del Sur, es la octava economía del mundo. Es cuatro o cinco veces el producto bruto de la Argentina. En el reciente acuerdo que se ha firmado entre el Mercosur y la Unión Europea, que han firmado los cuatro países del Mercosur, Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay, el papel decisivo que cumple en este acuerdo, frente a los países europeos, sobre todo Alemania, es Brasil. De modo que la Argentina tiene vinculado su inserción internacional, ante todo y sobre todo, con el gobierno de Brasil, que en este momento ejerce y por los próximos cuatro años, al menos, el presidente Javier Bolsonaro.
-Está sonando muy fuerte en el gabinete de Alberto Fernández, Felipe Solá como ministro de Relaciones Exteriores. Me gustaría escuchar su opinión respecto a la personalidad y el perfil para este cargo.
-Es una figura política altamente destacada en el peronismo, ante todo en la provincia de Buenos Aires. Ha sido gobernador de la provincia de Buenos Aires y es una figura de primera línea en la política nacional en los últimos más de 20 años. En la cuestión de la calificación de Felipe Solá la doy por sobre entendida. Lo que quiero rescatar y señalar es que la cuestión central para el nuevo gobierno, en el caso de que esté Alberto Fernández, va a ser la relación con el Brasil. Y aquí hay una contradicción. El probable próximo presidente de la Argentina, Alberto Fernández, se encuentra en una relación de conflicto con el Gobierno del Brasil encabezado por Javier Bolsonaro, respecto a lo que considera la prisión política del ex presidente Lula Da Silva. Esta es una cuestión central. Si para el nuevo gobierno, encabezado por Alberto Fernández, la prioridad de la política regional, esto es en América del Sur, claramente la prioridad dentro de esa política regional es la relación que establezca con el gobierno de Javier Bolsonaro en la República Federativa del Brasil.
-¿Cómo ve la posición de Alberto Fernández, ya presidente de la Nación, en su relación con Venezuela? ¿Le va a soltar la mano para lograr una mejor inserción en el mundo?
-Dos puntos hay que darlos por sobre entendido. Lo primero es que, en el caso de triunfar en las próximas elecciones Alberto Fernández, va a tener que negociar sí o sí con el Fondo Monetario Internacional. Porque la deuda de la Argentina debe ser reprogramada necesariamente con acuerdos con el Fondo, que es el principal acreedor de la Argentina con el crédito de 57 mil millones de dólares que le otorgó al país en abril del año pasado. Esto significa que para negociar con el Fondo Monetario Internacional, el gobierno de Alberto Fernández debe llegar previamente a un acuerdo político-estratégico con el gobierno de Donald Trump de los Estados Unidos. Para el cual, el punto primero de la agenda Norteamericana, en América del Sur, es la relación y la actitud que se tenga frente al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela. Acá hay una secuencia necesaria y es una secuencia que no hay forma de evitarla, que es por un lado, la necesidad imperiosa de negociar una reprogramación de la deuda pública de la Argentina, ante todo con el Fondo Monetario Internacional. Y la segunda es que para negociar con el Fondo Monetario Internacional, es necesario llegar previamente a un acuerdo con el gobierno del presidente Donald Trump, de Estados Unidos.
-¿El gobierno de Macri fracasó o cumplió con el objetivo que se había propuesto?
-Hay que juzgar a los gobiernos, tanto de Macri como todos los del país, no por lo accesorio, sino por lo esencial. Acá lo que hay que tomar en cuenta es que en abril del año pasado, la Argentina sufrió dos severos shocks externos. Por un lado, la producción agro alimentaria, de la cual dependen las exportaciones del país, en más de un 66 por ciento, experimentó la sequía más grande de los últimos 50 años, con una caída del producto de más de 30 por ciento. Esto implicó una pérdida de exportaciones por más de 8.500 millones de dólares. A esto hay que sumarle la crisis cambiaria provocada en abril del año pasado, por el fenomenal incremento de la valorización del dólar cambiario, porque es consecuencia de que la economía norteamericana durante el gobierno de Donald Trump está creciendo a niveles récord y ha recibido del mundo entero, en gran parte del emergente, más de 11 billones de dólares en los últimos dos años y medio. Esto es lo que ha provocado una apreciación del dólar de más del 20 por ciento en los últimos 6 meses previos de abril de 2018. La consecuencia fue una crisis cambiaria en la Argentina. La razón por la que la Argentina es la más azotada de todos los países emergentes por el aumento del valor del dólar de los Estados Unidos, es porque es la economía más dolarizada del mundo. La afirmación no es una metáfora. Hay que tomar en cuenta que entre 350 mil y 450 mil millones de dólares son los activos contables y financieros que tiene la Argentina en dólares. Y los activos monetarios y financieros en peso que tiene la Argentina, si se los mide en dólares, ascienden a 90 millones de dólares. Para la Argentina, la moneda nacional es puramente transaccional. Entre la cual los argentinos no tienen ninguna relación en materia ni de ahorro, ni de inversiones. Por eso es que es el país emergente más golpeado por el proceso de apreciación del dólar estadounidense que está en marcha en el momento actual.
Lo que hay que ver es que el gobierno de Macri se ve obligado a enfrentar estos dos poderosos shocks externos que provocaron una devaluación el año pasado de la moneda nacional de más del 100 por ciento, una fuga de capitales de más de 29 mil millones de dólares, una cifra superior a la fuga de capitales que el país experimentó en 2001.
Además, el resultado de las Paso el 11 de agosto provocó una poderosísima crisis de confianza del sistema financiero internacional en la Argentina y del país sobre sí mismo. La razón es porque se advirtió en ese momento que Macri, como consecuencia del resultado electoral había perdido la totalidad de su poder político. Que la fórmula encabezada por Alberto Fernández y que integra Cristina Kirchner era un tándem que implicaba la posibilidad inminente de un triunfo del kirchnerismo en las elecciones presidenciales del 27 de octubre. Esto, para el sistema financiero internacional es un acontecimiento absolutamente negativo. Argentina se encuentra ahora ante una situación donde lo que haga es un principio de vacío de poder, porque Macri ha perdido frente al sistema internacional la totalidad de su poder político. Mientras que la fórmula encabezada por Alberto Fernández y Cristina Kirchner es considerada por el sistema financiero internacional como el regreso del kirchnerismo al poder y por lo tanto, un acontecimiento absolutamente negativo.
-Con la experiencia de ideas y promesas incumplidas, realmente ¿fue de corto aliento el respaldo político?
-Lo que ha demostrado el gobierno de Macri es que a pesar de la extrema gravedad de la crisis económica y financiera que el país ha tenido a partir de abril del año pasado, la clase media argentina no sólo lo respalda a Macri en forma extraordinariamente activa, sino que se puede asegurar que esa clase media, que tiene una extraordinaria actividad política como es propio de todos los sectores sociales políticos del país, representa aproximadamente el 33 por ciento de los votos. Lo que esto significa, es que a pesar de la crisis económica, Macri mantienen el respaldo prácticamente unánime de la clase media argentina.
-Cosa increíble, porque a mi criterio, la clase media va al muere con este esquema.
-No, pero esta es una clase media que tiene una idea muy definida sobre lo que significa en la Argentina actual y lo que significó en los últimos 12 años, la presencia de los dos gobiernos sucesivos del Presidente Néstor Kirchner primero y luego, los dos mandatos de la Presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Esta es una clase media extremadamente politizada, como todos los sectores sociales del país, que tienen una idea muy definida de lo que significa el regreso al poder del Kirchnerismo que gobernó la Argentina en los últimos 12 años.
Le agradezco enormemente este contacto. Ha sido usted muy amable.
-Hasta luego. Gracias por llamar.
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