03 diciembre, 2019




PASCUAL ALBANESE ANALIZA ROL DE ALBERTO FERNÁNDEZ Y CRISTINA

“Lo que llama la atención a los medios son los vínculos de poder de la dupla presidencial”

Martes, 03 de Diciembre de 2019
“Está claro que lo que asume el 10 de diciembre, no es solo un presidente de la República, sino una coalición política de gobierno que no tiene una sola cabeza y, por lo tanto, demanda una tarea de articulación”, dijo Pascual Albanese.

El periodista y prestigioso analista político, Pascual Albanese hizo referencia al inminente cambio de gobierno nacional que se producirá el 10 de diciembre. En diálogo con el programa La otra campana, emitido por LT7 Radio Corrientes, a cargo del periodista Rubén Duarte, Albanese sostuvo que seguramente ya están tomadas algunas decisiones políticas, pero no son de público conocimiento.
“Es muy probable que nosotros en este momento conozcamos una parte de la realidad y que haya un conjunto de decisiones políticas que ya estén tomadas y que todavía no hayan tomado estado público especialmente, en cuanto a la integración del gabinete nacional que Alberto Fernández anunciará el próximo viernes 6 de diciembre”, dijo el analista. 
Indicó Albanese con respecto al próximo gabinete que “con independencia de los nombres que se han puesto, siempre pueden tener algunas variaciones cuando se trata de armar un equipo de gobierno, lo cierto es que los últimos días ha ganado atención en los medios periodísticos, son las incógnitas sobre la naturaleza de los vínculos de poder, en lo que podemos llamar la dupla presidencial”. 
“Hasta hace un mes –explicó– había como una sensación de que Fernández iba a ser, por así decirlo, el responsable absoluto de su gobierno y que el papel de Cristina Fernández iba a ser un papel bastante más opaco. Sin embargo, en los últimos días, particularmente en el regreso de Cristina Fernández de Cuba hubo una cantidad de indicios que tomaron un estado periodístico, acerca de que esa visión originaria no se correspondía exactamente con la realidad, en tanto y en cuanto la opinión de la vicepresidenta empezaba a tallar en relación a la conformación del gabinete nacional”.
Albanese sostuvo que “esta situación llama la atención no tanto en relación a nombres que ella sugiriera, aunque hubo algunos casos, sino también en cuanto a ciertos vetos que podían generar modificaciones, en lo que podíamos llamar las intenciones originales de Alberto Fernández”. 
En esa línea indicó que “todo esto está envuelto en un marco de hermetismo y conjeturas, porque demás está decir que ninguno de los principales protagonistas admite esto que acabamos de decir. Lo que sí parece, que está claro que lo que asume el 10 de diciembre, no es solo un presidente de la República, sino una coalición política de gobierno que no tiene una sola cabeza y, por lo tanto, demanda una tarea de articulación. En la cual, por supuesto, el presidente de la Nación como lo indica la Constitución Nacional, tiene sin ninguna duda un rol predominante”.
El analista considera que “cuando hay dos personalidades políticas distintas, hay seguramente la posibilidad de que haya discrepancias. Es inevitable que haya discrepancias. Sería anormal que no existiera. El punto reside en cómo se procesan las decisiones, en el marco de esas diferencias de criterios”. 
Sostuvo que “es lo más natural del mundo sinceramente que Cristina tenga una opinión distinta a la de Alberto Fernández en relación a determinados nombres o viceversa. El punto es en esa situación, como se procesa la diferencia”, agregó.
“A partir del 10 de diciembre, nadie va a poder negar que hay un presidente y que la Constitución en ese sentido es inapelable, en cuanto a las atribuciones que al presidente le corresponden. Pero al mismo tiempo, como señalábamos antes, que hay una coalición política de gobierno y que tiene más de una cabeza. Que hay sin ninguna duda, dentro de esa coalición política de gobierno un factor electoral fundamental que se llama Cristina Fernández”.
 
Política internacional
 
Albanese se refirió a la postura del nuevo gobierno con respecto a la política internacional y en ese sentido reflexionó que “en las circunstancias actuales de la Argentina, con compromisos internacionales que son muy serios en relación a la deuda y de una situación de casi virtual default. Ante una necesidad inevitable de renegociación tanto con el FMI como con los acreedores privados, la definición de la política exterior Argentina, por lo menos en la primera etapa de este nuevo gobierno, tiene tanta importancia como la definición de la política económica”. 
“Es impensable analizar en este contexto –agregó– ningún plan económico que esté separado con una idea de política exterior. Independientemente de las convicciones personales de cada uno, inclusive del presidente electo, la Argentina está ante la necesidad política de generar espacios de negociación que faciliten la renegociación de los compromisos internacionales”. 
Sostuvo Albanese que “esto implica, en primer lugar, establecer un mecanismo de diálogo con la administración norteamericana de Donald Trump, que sin ninguna duda es un factor de poder absolutamente insoslayable a la hora de la negociación con el Fondo Monetario Internacional”.
“Digo esto –acotó– porque, una cuestión es lo que puede ser el sistema de relaciones políticas de la coalición triunfante, inclusive del presidente electo. Ese sistema de amistad, de vinculaciones políticas está muy claro, se expresa a lo que se hace llamar el grupo puebla, ese grupo de dirigentes políticos latinoamericanos generado hace unos meses en México, en los gobiernos de América Latina y mucho menos en los gobiernos de América del Sur”. 
Por otra parte, indicó que “es importante el vínculo de estado a estado, que el gobierno argentino está obligado a tener precisamente con esos gobiernos. Hace muy poco, Felipe Solá, que es el nombre que ha sonado en todos los medios periodísticos como el más probable canciller de la Argentina, fue en ese punto absolutamente claro. El dijo: “Nosotros, como todos, tenemos amigos. Pero la política exterior, no es con los amigos, sino que es con los gobiernos”. En esta sutil diferenciación que ha hecho Solá en torno al tema de las relaciones políticas de la coalición triunfante y del presidente electo, creo que está la clave de cómo manejarse. Por lo tanto, no creo que sea el vínculo con el grupo puebla, el elemento determinante de la política exterior. El elemento determinante de la política exterior va a hacer la vinculación con los gobiernos, por un lado, Estados Unidos por el tema del Fondo y de la región, por la ubicación geográfica de la Argentina”, explicó.
 
La reactivación
de Argentina
 
En otra parte de la entrevista, Pascual Albanese hizo referencia a la reactivación inmediata del país y en ese aspecto consideró que es el punto de coincidencia entre todos los sectores de la vida política en la República Argentina.
“La reactivación inmediata de la económica argentina por supuesto es una aspiración que no puede ser sino compartido por los 45 millones de habitantes de nuestro país. Y por supuesto que tiene que ser el objetivo insoslayable de cualquier gobierno”, señaló el analista. 
En este punto dijo que se debe tener en cuenta que “el punto de partida, según todas las previsiones de los consultores económicos, tanto nacionales como internacionales, la economía de la Argentina del año 2020 no va a crecer. Sobre eso, no hay nadie que haya pronosticado crecimiento económico para el 2020. Digo esto para partir de una base, que tiene que ver con la realidad y no con las aspiraciones”, advirtió. 
Sin embargo señaló que “no quiere decir que el nuevo gobierno no pueda tomar algunas iniciativas que logren, de alguna manera, modificar este pronóstico negativo que tiene hoy por hoy la economía Argentina. Si logra conseguir decisiones relativamente favorables ante el Fondo que implique, por ejemplo, la postergación de vencimientos y, por lo tanto, alcanza cierta holgura financiera a corto plazo, facilite entonces un proceso de corto plazo de rebote de una economía que está más que por el piso, en el segundo subsuelo”.
“Por lo tanto –dijo finalmente– tiene que recuperar otros niveles de producción sin necesidad de ampliar el sistema productivo. O sea, simplemente con hacer funcionar más a pleno la estructura actualmente existente. Esta posibilidad existe. No hay que desestimarla, pero está sujeto al resultado de esta renegociación internacional sobre el tema de la deuda”.

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